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Lo único que importa es lo que creas con tus propias manos.

Lo único que importa es lo que creas con tus propias manos.

Antonio López

3min

de lectura

27 ene 2025

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Lo único que importa es lo que creas con tus propias manos.

Esta es una frase que leí en la memoria de Lisa Brennan-Jobs, que le dijo su fallecido padre, Steve Jobs, al cuestionar la filantropía. 

Me gusta la idea de que las personas podamos crear cosas que a su vez puedan ser usadas por otras personas. Y algo que he aprendido es que, a pesar del resultado, el proceso es lo que vale la pena, pues aprendes, descubres, experimentas, te arriesgas.

En esta ocasión, por invitación del buen Edii Cárdenas, me gustaría compartir un poco de mi experiencia intentando crear un buzón semi-digital de intercambio de libros, que bauticé como Oli.

Tal vez alguna vez han visto unas cajas de madera, ubicadas en algunos parques públicos, que tienen la intención de promover que las personas lean, invitando a que tomes un libro y dejes otro en intercambio. 

Algo que siempre pensaba era que la razón por la que esos cajones de madera siempre están vacíos es porque nunca nadie trae un libro para intercambiar y lo que termina pasando es que las personas solo toman un libro y no dejan uno en intercambio. 

Después de reflexionar sobre esto, pensé en que podía aprovechar mi proyecto thebookishman.com para crear una plataforma en la que las personas pudieran intercambiar sus libros de una manera más efectiva.

Este sería mi primer producto físico que creaba, por lo que me lo tomé en serio y decidí leer el libro The Design of Everyday Things de Don Norman. 

Aprendí lo que debía aprender y me puse manos a la obra. 

Según yo estaba creando el diseño más innovador que un buzón de intercambio de libros podría tener. No tenía puertas para evitar la fricción de que las personas tomaran y dejaran un libro. 

Tendría dos niveles y tendría capacidad para almacenar máximo 30 libros chonchos. Después de haberlo diseñado y hecho una maqueta con cartón, fui con un carpintero para que pudiera fabricarlo. 

Ahora la pregunta era dónde estaría este buzón. Inspirado en la historia de Facebook, pensé que una universidad sería la mejor opción al tener una comunidad concentrada en un lugar específico, con múltiples variables en común. 

Gracias a mis vínculos con la Universidad de Monterrey (UDEM) pude aliarme con el grupo estudiantil Punto y Coma. La UDEM sería el lugar del experimento y Punto y Coma sería el caballo de troya como podría introducir esta caja de madera. 

Este fue el resultado. En esta imagen se muestra ya instalado en la entrada de la biblioteca UDEM. El día de la instalación no había mucha gente, pues era 9 de marzo, el día en el que muchas mujeres se quedan en casa, promoviendo la concientización sobre los temas de equidad de género. 

Fue una experiencia inolvidable. Estuve cerca del buzón y veía cómo las personas que entraban a la biblioteca volteaban a verlo y/o se paraban para ver de qué trataba o veían los libros. 

Había colocado dos placas que indicaban el proceso de intercambio. La teoría era que las personas hicieran el intercambio a través de la página web, lo cual implicaba que en la página estuviera el catálogo de libros que había en el cajón. Las personas escogerían el libro que querían a través de un formulario y asimismo colocarían el libro que dejarían en intercambio, lo cual ayudaba a que yo pudiera actualizar la información del catálogo.

Las personas tenían un tiempo para hacer el intercambio y no podían llevarse el libro sin tener su libro de intercambio listo para dejarlo. 

Recibí comentarios muy buenos. Era una buena idea. Pero como en cualquier proyecto, las ideas no sirven si no tienen una buena implementación. En retrospectiva, me faltó más tecnología y más y mejor comunicación.

Al final las personas se terminaron llevando los libros sin dejar uno a cambio. Había personas que sí seguían el proceso correcto, pero al momento de llegar al buzón se daban cuenta de que no estaba el libro que habían escogido en el catálogo. 

Es una buena experiencia que me queda. Al recordar el proceso, lo que aprendí, pienso en que valió toda la pena, a pesar de que fuera un “fracaso”. 

Si quieren saber más sobre esta experiencia, ¡hablemos en Instagram @thbookishman!

Ahora, te invito a visitar estos enlaces para conocer más sobre Creativos Atómicos:

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Antonio López

Antonio López

Antonio López

Escritor y emprendedor.

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